[parteIII]

Testimonio de la salvación divina

40 (Al músico principal. Salmo de David)
1 Pacientemente esperé a Jehovah,
y él se inclinó a mí y oyó mi clamor.
2 Y me hizo subir del pozo de la desesperación,
del lodo cenagoso.
Puso mis pies sobre una roca
y afirmó mis pasos.
3 Puso en mi boca un cántico nuevo,
una alabanza a nuestro Dios.
Muchos verán esto y temerán,
y confiarán en Jehovah.
4 Bienaventurado el hombre que pone su confianza en Jehovah,
y no vuelve la mirada a los soberbios,
ni a los que se enredan con la falsedad.

5 Oh Jehovah, Dios mío,
tú has multiplicado tus maravillas
y tus pensamientos para con nosotros.
No hay nadie comparable a ti.
Si intentara referirme y hablar de ellos,
serían demasiados como para ser contados.

6 El sacrificio y la ofrenda no te agradan;
tú has abierto mis oídos.
Holocaustos y sacrificios por el pecado no has pedido.
7 Entonces dije: "He aquí, yo vengo.
En el rollo de pergamino está escrito acerca de mí:
8 ’El hacer tu voluntad, oh Dios mío, me ha agradado;
y tu ley está en medio de mi corazón.’ "

9 He anunciado justicia en la gran congregación;
he aquí, no he detenido mis labios.
Oh Jehovah, tú lo sabes.
10 No he encubierto tu justicia dentro de mi corazón;
he proclamado tu fidelidad y tu salvación.
No he ocultado tu misericordia
ni tu verdad en la gran congregación.

11 Tú, oh Jehovah, no detengas de mí tu compasión;
que tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.
12 Porque me han rodeado males incontables;
me han alcanzado mis iniquidades,
y no puedo levantar la vista.
Son más numerosos que los cabellos de mi cabeza,
y mi corazón me ha fallado.
13 ¡Ten a bien, oh Jehovah, librarme!
¡Oh Jehovah, apresúrate a socorrerme!
14 Sean avergonzados y humillados a una
los que buscan mi vida para cortarla.
15 Vuelvan atrás y sean confundidos
los que desean mi mal.
Sean desolados a causa de su vergüenza
los que dicen: "¡Ajá, ajá!"

16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan.
Digan siempre los que aman tu salvación:
"¡Jehovah sea engrandecido!"
17 Aunque yo sea pobre y necesitado,
Jehovah pensará en mí.
Tú eres mi ayuda y mi libertador;
¡Oh Dios mío, no te tardes!


Oración desde el lecho de dolor

41 (Al músico principal. Salmo de David)
1 ¡Bienaventurado el que se preocupa del pobre!
En el día malo lo librará Jehovah.
2 Jehovah lo guardará y le dará vida,
para que sea feliz en la tierra.
No lo entregará a la voluntad de sus enemigos.
3 Jehovah lo sustentará en el lecho de dolor.
En su enfermedad, tú transformarás su postración.

4 Yo dije: "Oh Jehovah,
ten misericordia de mí;
sana mi alma,
porque contra ti he pecado."
5 Mis enemigos hablan mal de mí y preguntan:
"¿Cuándo se morirá, y perecerá su nombre?"
6 Si alguien viene a verme, habla mentira.
Su corazón acumula iniquidad para sí,
y saliendo afuera, lo divulga.
7 Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;
contra mí traman el mal.
8 "Algo abominable se ha derramado sobre él.
El que cayó en la cama
no se volverá a levantar."
9 Aun mi amigo íntimo,
en quien yo confiaba y quien comía de mi pan,
ha levantado contra mí el talón.

10 Pero tú, oh Jehovah,
ten misericordia de mí;
haz que me levante,
y les daré su merecido.
11 En esto conoceré que de mí te has agradado:
en que mi enemigo no cante victoria sobre mí.
12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado,
y me haces estar delante de ti para siempre.

13 ¡Bendito sea Jehovah Dios de Israel,
desde la eternidad hasta la eternidad!
Amén y amén.

Anhelo por la presencia de Dios

42 (Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré)
1 Como ansía el venado las corrientes de las aguas,
así te ansía a ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo.
¿Cuándo iré para presentarme delante de Dios?
3 Mis lágrimas han sido mi alimento día y noche,
mientras me dicen todos los días:
"¿Dónde está tu Dios?"

4 Recuerdo estas cosas y derramo mi alma dentro de mí:
cuando pasaba con la muchedumbre, guiándolos hasta la casa de Dios,
con voz de alegría y de acción de gracias
de la multitud en fiesta.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
y te turbas dentro de mí?
Espera a Dios, porque aún le he de alabar.
¡El es la salvación de mi ser, 6 y mi Dios!

Mi alma está abatida dentro de mí.
Por esto me acordaré de ti
en la tierra del Jordán y del Hermón,
en el monte de Mizar.
7 Un abismo llama a otro por la voz de tus cascadas;
todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

8 De día, mandará Jehovah su misericordia;
y de noche, su canción estará conmigo,
la oración al Dios de mi vida.
9 Diré a Dios: "Roca mía,
¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué he de andar enlutado por la opresión del enemigo?"
10 Mientras mis huesos se quebrantan,
mis enemigos me afrentan diciéndome cada día:
"¿Dónde está tu Dios?"

11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
y por qué te turbas dentro de mí?
Espera a Dios, porque aún le he de alabar.
¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!


Anhelo por la casa de Dios

43 1 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa.
Líbrame de una nación impía,
del hombre de engaño e iniquidad.
2 Siendo tú el Dios de mi fortaleza,
¿por qué me has desechado?
¿Por qué he de andar enlutado por la opresión del enemigo?
3 Envía tu luz y tu verdad;
éstas me guiarán.
Ellas me conducirán a tu monte santo
y a tus moradas.

4 Llegaré hasta el altar de Dios,
a Dios, mi alegría y mi gozo.
Te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
y por qué te turbas dentro de mí?
Espera a Dios, porque aún le he de alabar.
¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!


Plegaria por la liberación nacional

44 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Masquil)
1 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído;
nuestros padres nos han contado de la obra que hiciste en sus días, en tiempos antiguos.
2 Con tu mano echaste a las naciones para plantarlos a ellos;
abatiste a los pueblos y los arrojaste.
3 No se apoderaron de la tierra por su espada, ni su brazo los libró;
sino tu diestra, tu brazo,
y la luz de tu rostro;
porque tú los favorecías.

4 Tú, oh Dios, eres mi Rey;
manda liberación a Jacob.
5 Por medio de ti embestiremos a nuestros enemigos;
en tu nombre pisotearemos a los que se nos oponen.

6 No confiaré en mi arco,
ni mi espada me librará;
7 pues tú nos libras de nuestros enemigos
y avergüenzas a los que nos aborrecen.
8 En Dios nos gloriaremos todo el tiempo,
y alabaremos su nombre para
siempre. (Selah)

9 Sin embargo, nos has desechado
y nos has confundido;
ya no sales con nuestros ejércitos.
10 Nos has hecho retroceder ante el enemigo,
y los que nos aborrecen nos han saqueado.
11 Nos has puesto como ovejas para el consumo,
y nos has esparcido entre las naciones.
12 Has vendido de balde a tu pueblo,
y ningún provecho has ganado con su precio.
13 Nos has puesto como afrenta ante nuestros vecinos,
por burla y ridículo ante los que están
a nuestro alrededor.
14 Nos has puesto como refrán en medio de las naciones,
y como objeto de burla en medio de los pueblos.

15 Cada día mi confusión está delante
de mí,
y mi cara se cubre de vergüenza,
16 por la voz del que injuria y deshonra,
por causa del enemigo y del vengativo.

17 Todo esto nos ha venido,
pero no nos hemos olvidado de ti,
ni hemos faltado a tu pacto.
18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón,
ni tampoco nuestros pasos se han apartado de tu camino,
19 para que nos abatas en el lugar de los chacales
y nos cubras con densa oscuridad.

20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios
o alzado nuestras manos a un dios extraño,
21 ¿no averiguaría esto Dios,
quien conoce los secretos del corazón?
22 Más bien, por tu causa nos matan cada día;
somos tratados como ovejas para el matadero.

23 Despierta; ¿por qué duermes, oh Señor?
Despierta; no nos abandones para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu rostro
y te olvidas de nuestra aflicción y opresión?
25 Nuestra alma está agobiada hasta el polvo;
nuestro vientre está pegado a la tierra.
26 Levántate, socórrenos
y redímenos por tu misericordia.


Canción para las bodas del rey

45 (Al músico principal. Sobre Sosanim. Para los hijos de Coré. Masquil. Canción de amor)
1 Mi corazón rebosa de palabras buenas;
dedico al rey mi canto.
Mi lengua es como pluma de un veloz escriba.

2 Tú eres el más hermoso de los hijos del hombre;
la gracia se ha derramado en tus labios.
Por eso Dios te ha bendecido para siempre.
3 Ciñe tu espada sobre tu muslo, oh valiente, en tu gloria y majestad.
4 En tu majestad cabalga y triunfa por causa de la verdad, de la humildad y de la justicia.
Tu mano derecha te mostrará cosas asombrosas.
5 Pueblos caerán debajo de ti;
tus flechas agudas penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.

6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre;
cetro de justicia es el cetro de tu reino.
7 Has amado la justicia y aborrecido la injusticia;
por eso te ha ungido Dios, el Dios tuyo,
con aceite de gozo, más que a tus compañeros.
8 Mirra, áloe y casia exhalan todas tus vestiduras;
en palacios de marfil te han recreado los instrumentos de cuerda.
9 Hijas de reyes hay en tu corte de honor;
la reina está de pie a tu derecha con oro de Ofir.

10 Oye, hija, y mira; inclina tu oído:
Olvida tu pueblo y la casa de tu padre.
11 El rey desea tu hermosura;
inclínate hacia él, porque él es tu señor.
12 Las hijas de Tiro vienen con presentes,
y los ricos del pueblo imploran tu favor.

13 Toda gloriosa está la hija del rey;
de perlas engastadas en oro es su vestido.
14 Con vestido bordado será llevada ante el rey.
Vírgenes irán detrás de ella;
sus compañeras serán traídas a ti.
15 Serán traídas con alegría y con gozo,
y entrarán en el palacio del rey.

16 En lugar de tus padres estarán tus hijos,
a quienes harás príncipes en toda la tierra.
17 Haré perpetua la memoria de tu nombre
en todas las generaciones,
por lo cual te alabarán los pueblos
eternamente y para siempre.


Jehovah, protector de su pueblo

46 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Sobre Alamot. Cántico)
1 Dios es nuestro amparo y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
2 Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble,
aunque los montes se derrumben en el corazón del mar,
3 aunque sus aguas rujan y echen espuma,
y se estremezcan los montes por su braveza. (Selah)

4 Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios,
el santuario, morada del Altísimo.
5 Dios está en medio de ella;
no será movida.
Dios la ayudará al clarear la mañana.
6 Las naciones se conmocionan,
se tambalean los reinos.
El emite su voz, y se derrite la tierra.
7 Jehovah de los Ejércitos está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de
Jacob. (Selah)

8 Venid y ved los hechos de Jehovah,
quien ha causado desolaciones en la tierra.
9 Hasta los confines de la tierra hace cesar las guerras;
quiebra el arco, rompe la lanza
y quema los carros en el fuego.
10 "Estad quietos y reconoced que yo soy Dios.
Exaltado he de ser entre las naciones;
exaltado seré en la tierra."
11 Jehovah de los Ejércitos está con nosotros;
nuestro refugio es el Dios de
Jacob. (Selah)


Jehovah, Rey de toda la tierra

47 (Al músico principal. De los hijos de Coré. Salmo)
1 ¡Pueblos todos, aplaudid!
¡Aclamad a Dios con voz de júbilo!
2 Porque Jehovah, el Altísimo, es temible,
gran Rey sobre toda la tierra.
3 El someterá los pueblos a nosotros,
las naciones debajo de nuestros pies.
4 Porque él ha elegido nuestra heredad,
el orgullo de Jacob, al cual
amó. (Selah)

5 Subió Dios en medio de aclamación;
Jehovah, con sonido de corneta.
6 ¡Cantad a Dios, cantad!
¡Cantad a nuestro Rey, cantad!
7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra,
cantad con entendimiento.

8 ¡Dios reina sobre las naciones!
¡Dios se ha sentado sobre su santo trono!
9 Se han reunido los gobernantes de los pueblos
con el pueblo del Dios de Abraham,
10 porque de Dios son las defensas de la tierra.
¡El es muy enaltecido!


La gloria de la ciudad del Gran Rey

48 (Cántico. Salmo de los hijos de Coré)
1 ¡Grande es Jehovah
y digno de suprema alabanza,
en la ciudad de nuestro Dios,
en el monte de su santuario!

2 ¡Qué hermosa altura!
El gozo de toda la tierra es el monte Sion por el lado norte,
la ciudad del Gran Rey.
3 Dios es conocido por refugio
en sus palacios.
4 Porque, he aquí, los reyes se han aliado;
han avanzado juntos.
5 Pero viéndola así, se quedaron atónitos;
se turbaron y se dieron prisa a huir.
6 Allí se apoderó de ellos el estremecimiento;
tuvieron dolor como de mujer
que da a luz.
7 Con el viento del oriente
rompes las naves de Tarsis.

8 Como lo oímos, así lo hemos visto
en la ciudad de Jehovah de los Ejércitos,
la ciudad de nuestro Dios:
Dios la afirmará para siempre. (Selah)
9 Oh Dios, hemos pensado en tu misericordia,
en medio de tu templo.
10 Conforme a tu nombre, oh Dios,
así es tu alabanza hasta los confines de la tierra.
Tu diestra está llena de justicia.

11 Se alegrará el monte Sion;
las hijas de Judá se regocijarán
a causa de tus juicios.
12 Id alrededor de Sion y rodeadla;
contad sus torres.
13 Observad detenidamente su muro exterior;
examinad sus palacios, para que lo contéis a la generación venidera.
14 Porque Dios es nuestro Dios eternamente y para siempre;
por siempre nos guiará.


La vanidad del rico insensato

49 (Al músico principal. Salmo para los hijos de Coré)
1 Oíd esto, todos los pueblos;
escuchad, todos los habitantes del mundo,
2 tanto la gente común como la gente notable,
el rico juntamente con el pobre:

3 Mi boca hablará sabiduría;
y el pensamiento de mi corazón, inteligencia.
4 Inclinaré a los proverbios mi oído;
expresaré con el arpa mi enigma.

5 ¿Por qué habré de temer en los días de la adversidad,
cuando me rodee la iniquidad de mis opresores?
6 Los que confían en sus posesiones
y se jactan de la abundancia de sus riquezas,
7 ninguno de ellos puede redimir a su hermano,
ni pagar a Dios por su rescate.
8 La redención de su vida es muy costosa;
se ha de abandonar para siempre el intento
9 de vivir eternamente
y jamás ver corrupción.
10 Cuando él los mira, los sabios mueren;
contempla al necio y al torpe,
y ellos perecen y dejan a otros sus riquezas.
11 De los que llaman sus tierras con sus nombres,
sus tumbas son sus casas para siempre,
y sus moradas de generación en generación.
12 Pero el hombre no permanecerá en sus riquezas;
más bien, es semejante a los animales que perecen.
13 Este camino suyo es necedad.
No obstante, sus seguidores se complacen en sus dichos. (Selah)

14 Como ovejas que fueron apartadas para el Seol,
los pastorea la muerte;
los rectos se enseñorearán de ellos.
Al amanecer se desvanecerá su buen aspecto,
y el Seol será su morada.
15 Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol,
porque me llevará consigo. (Selah)

16 No temas cuando alguno se enriquece,
cuando aumenta la gloria de su casa.
17 Porque al morir no llevará nada,
ni descenderá tras él su gloria.
18 Aunque su alma lo bendiga mientras vive,
y reconozcan que ella le prospera,
19 entrará en la generación de sus padres,
y nunca más verá la luz.
20 El hombre que vive con honores,
pero sin entendimiento,
es semejante a los animales que perecen.


Dios, el Juez de buenos y malos

50 (Salmo de Asaf)
1 Jehovah, el Dios de dioses, ha hablado;
ha convocado a la tierra desde donde sale el sol hasta donde se pone.
2 Desde Sion, perfección de la hermosura,
Dios ha resplandecido.
3 Nuestro Dios viene y no callará.
Fuego consumidor le precede,
y alrededor de él hay gran tormenta.
4 Convoca a los cielos en lo alto;
y a la tierra, para juzgar a su pueblo.

5 "Reunidme a mis fieles,
los que han hecho conmigo pacto mediante sacrificio."
6 Los cielos proclamarán su justicia,
porque Dios es el Juez. (Selah)

7 "Escucha, oh pueblo mío, y hablaré;
testificaré contra ti, oh Israel.
Yo soy Dios, el Dios tuyo.
8 No te reprocharé con respecto a tus sacrificios,
ni por tus holocaustos, que siempre están delante de mí.
9 No tomaré toros de tu casa,
ni machos cabríos de tus rediles;
10 porque míos son todos los animales del bosque,
los millares del ganado en mis montes.
11 Conozco todas las aves de las alturas,
y las criaturas del campo son mías.
12 Si yo tuviese hambre, no te lo diría a ti,
porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿He de comer la carne de los toros?
¿He de beber la sangre de los machos cabríos?
14 ¡Sacrifica a Dios acciones de gracias!
¡Paga tus votos al Altísimo!
15 Invócame en el día de la angustia;
yo te libraré, y tú me glorificarás."

16 Pero al impío Dios le dijo:
"¿Por qué tienes tú que recitar mis leyes
y mencionar mi pacto con tu boca?
17 Tú detestas la instrucción
y echas a tus espaldas mis palabras.
18 Si ves a un ladrón, te complaces con él,
y tu parte está con los adúlteros.
19 Con maldad das rienda suelta a tu boca,
y tu lengua urde engaño.
20 Tomas asiento y hablas contra tu hermano;
contra el hijo de tu madre arrojas infamia.
21 Estas cosas has hecho, y yo he callado.
Ciertamente pensabas que yo sería
como tú,
pero yo te reprenderé y las pondré ante tus ojos.

22 "Entended pues esto, los que os olvidáis de Dios;
no sea que yo os arrebate sin que nadie os libre.
23 El que ofrece sacrificio de acción de gracias me glorificará,
y al que ordena su camino le mostraré la salvación de Dios."


Oración de arrepentimiento

51 (Al músico principal. Salmo de David, cuando el profeta Natán fue a él, después que David tuvo relaciones con Betsabé)
1 Ten piedad de mí, oh Dios,
conforme a tu misericordia.
Por tu abundante compasión,
borra mis rebeliones.
2 Lávame más y más de mi maldad,
y límpiame de mi pecado.
3 Porque yo reconozco mis rebeliones,
y mi pecado está siempre delante de mí.
4 Contra ti, contra ti solo he pecado
y he hecho lo malo ante tus ojos.
Seas tú reconocido justo en tu palabra
y tenido por puro en tu juicio.

5 He aquí, en maldad he nacido,
y en pecado me concibió mi madre.
6 He aquí, tú quieres la verdad en lo íntimo,
y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.

7 Quita mi pecado con hisopo,
y seré limpio;
lávame, y seré más blanco que la nieve.
8 Hazme oír gozo y alegría,
y se regocijarán estos huesos que has quebrantado.
9 Esconde tu rostro de mis pecados
y borra todas mis maldades.

10 Crea en mí, oh Dios, un corazón puro
y renueva un espíritu firme dentro
de mí.
11 No me eches de tu presencia,
ni quites de mí tu Santo Espíritu.
12 Devuélveme el gozo de tu salvación,
y un espíritu generoso me sustente.
13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos,
y los pecadores se convertirán a ti.

14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación,
y con regocijo cantará mi lengua tu justicia.
15 Señor, abre mis labios,
y proclamará mi boca tu alabanza.
16 Porque no quieres sacrificio;
y si doy holocausto, no lo aceptas.
17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado.
Al corazón contrito y humillado
no desprecias tú, oh Dios.
18 Haz bien a Sion, con tu benevolencia;
edifica los muros de Jerusalén.
19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia,
el holocausto u ofrenda del todo quemada.
Entonces se ofrecerán becerros sobre tu altar.


Final del hombre vil

52 (Al músico principal. Masquil de David cuando Doeg el edomita fue y le informó a Saúl diciendo: "David ha ido a la casa de Abimelec.")
1 ¿Por qué te jactas, oh poderoso,
de la maldad contra el piadoso?
Todo el día 2 tu lengua maquina agravios;
como navaja afilada produce engaño.
3 Has amado el mal más que el bien;
la mentira, más que el hablar
justicia. (Selah)
4 Has amado toda palabra perversa,
oh lengua engañosa.
5 Por eso Dios te derribará para siempre;
te aplastará y te arrancará de tu morada.
El te desarraigará de la tierra de los vivientes. (Selah)

6 Los justos lo verán y temerán.
Se reirán de él diciendo:
7 "¡Ved al hombre que no puso a Dios como su fortaleza,
sino que confió en sus muchas riquezas
y se refugió en su maldad!"

8 Pero yo seré como un olivo verde en la casa de Dios;
en la misericordia de Jehovah confiaré eternamente y para siempre.
9 Por siempre te daré gracias por lo que has hecho.
En presencia de tus fieles esperaré en tu nombre, porque es bueno.


Necedad y corrupción del hombre

53 (Al músico principal. Sobre Majalat. Masquil de David)
1 Dijo el necio en su corazón:
"No hay Dios."
Se han corrompido
y han hecho abominable maldad.
No hay quien haga el bien.

2 Dios miró desde los cielos
sobre los hijos del hombre,
para ver si había algún sensato
que buscara a Dios.
3 Pero cada uno se había descarriado;
a una se habían corrompido.
No había quien hiciera el bien;
no había ni siquiera uno.

4 ¿Acaso los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan,
y que a Dios no invocan?
5 Allí donde no hubo nada que temer,
temieron grandemente;
porque Dios esparció los huesos de los blasfemos.
Los avergonzaste, porque Dios los rechazó.

6 ¡Quién hiciera que de Sion viniese la salvación de Israel!
Cuando Dios restaure de la cautividad a su pueblo,
se gozará Jacob; se alegrará Israel.


Clamor de un perseguido

54 (Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David, cuando fueron los de Zif y dijeron a Saúl: "¿Acaso no está David escondido entre nosotros?")
1 Oh Dios, sálvame por tu nombre
y defiéndeme con tu poder.
2 Oh Dios, escucha mi oración;
atiende las palabras de mi boca.
3 Porque los extraños se han levantado contra mí,
y los violentos buscan mi vida.
No toman en cuenta a Dios. (Selah)

4 He aquí, Dios es quien me ayuda;
el Señor está con los que sostienen mi vida.
5 El hará volver el mal contra mis enemigos.
¡Destrúyelos por tu verdad!

6 Te ofreceré sacrificios voluntarios.
Daré gracias a tu nombre, oh Jehovah, porque es bueno;
7 porque me has librado de toda angustia.
Mis ojos han visto la derrota de mis enemigos.


Plegaria de una persona traicionada

55 (Al músico principal. Con Neguinot. Masquil de David)
1 Atiende, oh Dios, mi oración;
no te escondas ante mi súplica.
2 Escúchame y respóndeme.
En mi pensar estoy deprimido y turbado
3 por la voz del enemigo,
por la presión de los impíos
que me inculpan de iniquidad
y me odian con furor.
4 Mi corazón se estremece dentro de mí;
terrores de muerte me han caído encima.
5 Temor y temblor me han sobrevenido,
y me cubre el espanto.
6 Dije: ¡Quién me diese alas como de paloma!
Volaría y hallaría reposo.
7 Ciertamente huiría lejos y pasaría las noches en el desierto. (Selah)
8 Me apresuraría a buscar refugio del viento tempestuoso, de la tempestad.
9 Destrúyelos, oh Señor, y confunde sus lenguas;
porque violencia y rencilla he visto en la ciudad.
10 Día y noche hacen rondas sobre sus muros,
y la maldad y el abuso están adentro.
11 Agravio hay en medio de ella;
el fraude y el engaño no se apartan de sus plazas.

12 Si un enemigo me hubiera afrentado,
yo lo habría soportado.
Si el que me aborrece se hubiera levantado contra mí,
yo me habría ocultado de él.
13 Pero fuiste tú, un hombre igual a mí,
mi compañero, mi íntimo amigo;
14 que juntos compartíamos dulcemente los secretos,
y con afecto nos paseábamos en la casa de Dios.

15 Que la muerte los sorprenda
y desciendan vivos al Seol.
Porque el mal está en sus moradas,
instalado en medio de ellos.
16 No obstante, yo clamaré a Dios,
y Jehovah me salvará.
17 Al anochecer, al amanecer y al mediodía oraré y clamaré;
y él oirá mi voz.
18 Ha rescatado en paz mi alma
de la guerra que han desatado en contra de mí,
aunque son muchos los que han estado contra mí.
19 Dios oirá, y luego los humillará:
¡El, que permanece desde la
antigüedad! (Selah)
Porque no cambian de actitud ni temen a Dios.

20 Más bien, aquél extiende sus manos contra sus propios aliados, y viola su pacto.
21 Ellos ablandan su boca más que mantequilla,
pero en su corazón hay contienda.
Suavizan sus palabras más que el aceite,
pero son como espadas desenvainadas.

22 Echa tu carga sobre Jehovah, y él te sostendrá.
Jamás dejará caído al justo.
23 Tú, oh Dios, harás descender a aquéllos
al pozo de la destrucción.
Los hombres sanguinarios y engañadores
no llegarán a la mitad de sus días,
pero yo confiaré en ti.


Confianza en Dios y en su palabra

56 (Al músico principal. Sobre "La paloma silenciosa de la lejanía". Mictam de David compuesto cuando los filisteos lo apresaron en Gat)
1 Ten misericordia de mí, oh Dios,
porque me pisotea el hombre;
me oprime combatiéndome todo el día.
2 Todo el día me pisotean mis enemigos,
porque muchos son los que me combaten con altanería.

3 El día en que tengo temor,
yo en ti confío.
4 En Dios, cuya palabra alabo, en Dios he confiado.
¡No temeré lo que me pueda hacer ningún mortal!

5 Todo el día pervierten mis palabras;
contra mí son todos sus pensamientos, para mal.
6 Ellos conspiran; se ocultan.
Observan atentamente mis pasos en acecho de mi vida.
7 ¿Escaparán ellos por su iniquidad?
¡Oh Dios, derriba los pueblos con tu furor!
8 Mis andanzas tú has contado:
Pon mis lágrimas ante ti.
¿Acaso no están escritas en tu libro?

9 El día que yo clame a ti,
mis enemigos retrocederán.
Esto sé: que Dios está a mi lado.
10 En Dios, cuya palabra alabo,
en Jehovah, cuya palabra alabo,
11 en Dios he confiado.
No temeré lo que me pueda hacer el hombre.

12 Sobre mí, oh Dios, están tus votos;
te pagaré sacrificios de acción de gracias.
13 Porque has librado mi vida de la muerte y mis pies de la caída,
para que ande delante de Dios en la luz de la vida.


Oración para ser librado del opresor

57 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David compuesto cuando huyó de Saúl a la cueva)
1 Ten misericordia de mí, oh Dios;
ten misericordia de mí,
porque en ti ha confiado mi alma.
En la sombra de tus alas me ampararé,
hasta que pasen las calamidades.

2 Clamaré al Dios Altísimo,
al Dios que me favorece.
3 El enviará desde los cielos
y me librará de la infamia del que me oprime. (Selah)
¡Dios enviará su misericordia y su verdad!

4 Mi vida está entre leones;
estoy tendido entre hombres que devoran.
Sus dientes son lanzas y flechas,
y su lengua es como espada afilada.
5 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios;
y sobre toda la tierra, tu gloria!

6 Una red han tendido ante mis pasos
para doblegar mi alma.
Una fosa han cavado delante de mí,
y en medio de ella han caído ellos mismos. (Selah)

7 Mi corazón está firme, oh Dios;
está firme mi corazón.
Cantaré y entonaré salmos.
8 ¡Despierta, oh alma mía!
¡Despertad, oh arpa y lira!
Despertaré al alba.
9 Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;
a ti cantaré salmos entre las naciones.
10 Porque grande, hasta los cielos, es tu misericordia;
y hasta las nubes, tu verdad.
11 ¡Seas exaltado sobre los cielos, oh Dios;
y sobre toda la tierra, tu gloria!


Dios, el Juez de la tierra

58 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David)
1 Oh magistrados, ¿en verdad pronunciáis justicia?
¿Juzgáis rectamente a los hijos del hombre?
2 Más bien, con el corazón obráis iniquidad en la tierra
y a la violencia abrís camino con vuestras manos.

3 Los impíos se alienaron desde la matriz;
se descarriaron desde el vientre, hablando mentira.
4 Tienen veneno como veneno de serpiente;
son como una cobra sorda que tapa sus oídos
5 y no oye la voz de los encantadores,
aun del más experto encantador.

6 Oh Dios, rompe sus dientes en sus bocas;
quiebra, oh Jehovah, los colmillos de los leones.
7 Escúrranse como aguas que se pierden;
que cuando apunten con sus flechas,
éstas queden despuntadas.
8 Pasen como la babosa que se deshace;
y como un abortivo de mujer, no vean el sol.
9 Antes que sus espinos produzcan espinas,
con su ira los arrebatará cual vendaval.

10 El justo se alegrará cuando vea la venganza,
y lavará sus pies en la sangre del impío.
11 Entonces dirá el hombre:
"Ciertamente el justo tiene frutos;
ciertamente hay un Dios que juzga la tierra."


Dios, baluarte del justo

59 (Al músico principal. Sobre "No destruyas". Mictam de David, compuesto cuando Saúl mandó que ellos acecharan la casa para matarlo)
1 Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío;
ponme a salvo de los que se levantan contra mí.
2 Líbrame de los que hacen iniquidad;
sálvame de los hombres sanguinarios.
3 Porque he aquí, acechan mi vida;
los prepotentes me atacan,
no por transgresión o por pecado mío, oh Jehovah.
4 Sin que yo sea culpable,
corren y se preparan.
Despierta para venir a mi encuentro y mira.
5 Tú, oh Jehovah Dios de los Ejércitos, Dios de Israel,
despierta para castigar a todas las naciones.
No tengas misericordia de ningún inicuo traidor. (Selah)

6 Vuelven al anochecer,
aúllan como perros
y rodean la ciudad.
7 He aquí, profieren con sus bocas;
espadas hay en sus labios.
Porque dicen: "¿Quién oye?"
8 Pero tú, oh Jehovah, te reirás de ellos;
te burlarás de todas las naciones.

9 Fortaleza mía, en ti esperaré;
porque Dios es mi alto refugio.
10 Mi Dios misericordioso me saldrá al encuentro.
Dios me hará ver mi deseo cumplido en mis enemigos.
11 No los mates, para que mi pueblo no se olvide.
Hazles andar errantes, por tu poder.
Abátelos, oh Jehovah, escudo nuestro.
12 Por el pecado de sus bocas,
por la palabra de sus labios sean presos;
por su soberbia, por la maldición
y por la mentira que profieren.
13 Acábalos con furor;
acábalos de modo que dejen de existir.
Que se sepa que Dios domina en Jacob,
hasta los confines de la tierra. (Selah)

14 ¡Que vuelvan al anochecer y aúllen como perros! ¡Que rodeen la ciudad!
15 Ellos andan errantes para hallar qué comer;
y al no saciarse, se quejan.

16 Pero yo cantaré a tu poder
y alabaré de mañana tu misericordia;
porque fuiste para mí un alto refugio
y un amparo en el día de mi angustia.
17 Fortaleza mía, a ti cantaré salmos;
porque Dios es mi alto refugio,
el Dios que tiene misericordia de mí.


Súplica en medio de la derrota

60 (Al músico principal. Sobre "La Rosa del Testimonio". Mictam de David, para ser enseñado. Compuesto cuando provocó la confrontación con Siria mesopotámica y Siria de Soba, y Joab volvió y derrotó a 12.000 de Edom en el valle de la Sal)
1 Oh Dios, tú nos has desechado;
has roto nuestras defensas.
Te has airado. ¡Vuelve a nosotros!
2 Hiciste temblar la tierra;
la has agrietado.
Restaura sus fallas, porque se desmorona.
3 Has hecho ver duras cosas a tu pueblo;
nos has hecho beber vino de aturdimiento.
4 Has dado bandera a los que te temen,
para que alcancen seguridad ante el arco. (Selah)
5 Salva con tu diestra y respóndenos,
de modo que sean librados tus amados.

6 Dios ha hablado en su santuario:
"¡Cómo me regocijo!
Repartiré Siquem
y mediré el valle de Sucot.
7 Mío es Galaad, y mío es Manasés.
Efraín es la fortaleza de mi cabeza;
Judá es mi cetro.
8 Moab es la vasija en que me lavo;
sobre Edom echaré mis sandalias,
y sobre Filistea lanzaré mi grito de victoria."

9 ¿Quién me guiará a la ciudad fortificada?
¿Quién me conducirá hasta Edom?
10 ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado,
y que ya no sales, oh Dios, con nuestros ejércitos?
11 Danos socorro ante el enemigo,
pues vana es la liberación que da el hombre.
12 Con Dios haremos proezas,
y él aplastará a nuestros enemigos.


Anhelo de la protección de Dios

61 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de David)
1 Escucha, oh Dios, mi clamor;
atiende a mi oración.
2 Desde el extremo de la tierra
clamaré a ti cuando mi corazón desmaye.
Llévame a la roca que es más alta
que yo.
3 Porque tú me has sido refugio
y torre fortificada delante del enemigo.

4 Que yo habite en tu tabernáculo para siempre,
y me refugie al amparo de tus
alas. (Selah)
5 Pues tú, oh Dios, has oído mis votos;
has dado heredad a los que temen tu nombre.

6 Días sobre días añadirás al rey;
sus años serán como generación tras generación.
7 Estará para siempre delante de Dios;
designa la misericordia y la verdad para que lo guarden.
8 Entonces cantaré salmos a tu nombre para siempre,
para pagar mis votos día tras día.

[parte IV]