El justo y los pecadores
1 Bienaventurado el hombre que
no anda según el consejo de los impíos,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la silla de los burladores.
2 Más bien, en la ley de Jehovah está su delicia,
y en ella medita de día y de noche.
3 Será como un árbol
plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto a su tiempo
y cuya hoja no cae.
Todo lo que hace prosperará.
4 No sucede así con los impíos,
que son como el tamo que arrebata el viento.
5 Por tanto, no se levantarán los impíos en el juicio,
ni los pecadores en la congregación de los justos.
6 Porque Jehovah conoce el camino de los justos,
pero el camino de los impíos perecerá.
El ungido asume el trono
2 1 ¿Por qué se amotinan las naciones
y los pueblos traman cosas vanas?
2 Se presentan los reyes de la tierra,
y los gobernantes consultan unidos
contra Jehovah y su ungido, diciendo:
3 "¡Rompamos sus ataduras!
¡Echemos de nosotros sus cuerdas!"
4 El que habita en los cielos se reirá;
el Señor se burlará de ellos.
5 Entonces les hablará en su ira
y los turbará en su furor:
6 "¡Yo he instalado a mi rey
en Sion, mi monte santo!"
7 Yo declararé el decreto:
Jehovah me ha dicho:
"Tú eres mi hijo; yo te engendré hoy.
8 Pídeme, y te daré por heredad las naciones,
y por posesión tuya los confines de la tierra.
9 Tú los quebrantarás con vara de hierro;
como a vasija de alfarero los desmenuzarás."
10 Y ahora, oh reyes, sed sabios;
aceptad la corrección, oh gobernantes de la tierra.
11 Servid a Jehovah con temor
y alegraos con temblor.
12 Besad al hijo, no sea que se enoje
y perdáis el camino;
pues se enciende de pronto su ira.
¡Bienaventurados todos los que en él se refugian!
Oración para la hora de levantarse
3 (Salmo de David compuesto cuando huía de su hijo Absalón)
1 ¡Oh Jehovah, cuánto se han multiplicado mis enemigos!
Muchos son los que se levantan
contra mí.
2 Muchos dicen acerca de mí:
"¡Dios no lo librará!" (Selah)
3 Pero tú, oh Jehovah,
eres escudo alrededor de mí;
eres mi gloria y el que levanta mi cabeza.
4 Con mi voz clamé a Jehovah,
y él me respondió desde su santo monte. (Selah)
5 Yo me acosté y dormí.
Desperté, porque Jehovah me sostuvo.
6 No temeré a las decenas de millares del pueblo que han puesto sitio
contra mí.
7 ¡Levántate, oh Jehovah!
¡Sálvame, Dios mío!
Porque a todos mis enemigos has golpeado en la mejilla,
y has quebrantado los dientes de los impíos.
8 De Jehovah viene la salvación.
¡Sobre tu pueblo sea tu bendición! (Selah)
Oración para la hora de acostarse
4 (Al músico principal. Con Neguinot. Salmo de David)
1 ¡Respóndeme cuando clamo,
oh Dios de mi justicia!
Tú que en la angustia ensanchaste mi camino,
ten misericordia de mí
y oye mi oración.
2 Oh hijos del hombre,
¿hasta cuándo convertiréis mi honra en infamia, amaréis la vanidad y buscaréis el engaño? (Selah)
3 Sabed que Jehovah ha apartado al piadoso para sí;
Jehovah oirá cuando yo clame a él.
4 Temblad y no pequéis.
Reflexionad en vuestro corazón sobre vuestra cama y estad en
silencio. (Selah)
5 Ofreced sacrificios de justicia
y confiad en Jehovah.
6 Muchos dicen:
"¿Quién nos mostrará el bien?"
Haz brillar sobre nosotros, oh Jehovah, la luz de tu rostro.
7 Tú has dado tal alegría a mi corazón
que sobrepasa a la alegría que ellos tienen con motivo de su siega y de su vendimia.
8 En paz me acostaré y dormiré;
porque sólo tú, oh Jehovah,
me haces vivir seguro.
Oración para comenzar el día
5 (Al músico principal. Para Nejilot. Salmo de David)
1 Escucha, oh Jehovah, mis palabras;
considera mi suspiro.
2 Atiende a la voz de mi clamor,
Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.
3 Oh Jehovah, de mañana oirás mi voz;
de mañana me presentaré ante ti y esperaré.
4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la perversidad;
la maldad no habitará junto a ti.
5 Los arrogantes no se presentarán ante tus ojos;
aborreces a los que obran iniquidad.
6 Destruirás a los que hablan mentira;
al hombre sanguinario y engañador abomina Jehovah.
7 Pero yo, por la abundancia de tu gracia, entraré en tu casa
y en tu temor me postraré hacia tu santo templo.
8 Guíame, oh Jehovah, en tu justicia,
a causa de mis enemigos.
Endereza tu camino delante de mí.
9 Porque no hay sinceridad en su boca;
sus entrañas están llenas de destrucción.
Su garganta es un sepulcro abierto,
y con su lengua hablan lisonjas.
10 Decláralos culpables, oh Dios;
caigan por sus propios consejos.
Echalos por la multitud de sus rebeliones,
porque se rebelaron contra ti.
11 Se alegrarán todos los que confían en ti;
para siempre gritarán de júbilo,
pues tú los proteges.
Los que aman tu nombre se regocijarán en ti,
12 porque tú, oh Jehovah, bendecirás al justo;
como un escudo lo rodearás con tu favor.
Oración en tiempo de prueba
6 (Al músico principal. Con Neguinot. Sobre Seminit. Salmo de David)
1 Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor,
ni me castigues con tu ira.
2 Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque desfallezco.
Sáname, oh Jehovah, porque mis huesos están abatidos.
3 También mi alma está muy turbada;
y tú, oh Jehovah, ¿hasta cuándo?
4 Vuelve, oh Jehovah; libra mi alma.
Sálvame por tu misericordia,
5 porque en la muerte no hay memoria
de ti;
¿quién te alabará en el Seol?
6 Me he agotado de tanto gemir.
Toda la noche inundo mi cama
y con mis lágrimas empapo mi lecho.
7 Mis ojos están debilitados por el pesar;
se han envejecido a causa de todos mis adversarios.
8 Apartaos de mí, todos los que obráis iniquidad,
porque Jehovah ha oído la voz de mi llanto.
9 ¡Jehovah ha escuchado mi ruego!
¡Jehovah ha aceptado mi oración!
10 Todos mis enemigos se avergonzarán y se aterrarán.
Retrocederán y de repente serán avergonzados.
Oración pidiendo vindicación
7 (Sigayón de David, que cantó a Jehovah con respecto a las palabras de Cus el benjaminita)
1 Oh Jehovah, Dios mío, en ti me he refugiado.
Sálvame de todos los que me persiguen y líbrame.
2 No sea que arrebaten mi alma
como el león que despedaza,
sin que haya quien libre.
3 Oh Jehovah, Dios mío,
si yo he hecho esto,
si hay en mis manos iniquidad,
4 si recompensé mal al que estaba en paz conmigo,
si despojé sin razón a mi adversario,
5 entonces persiga el enemigo a mi alma,
y que la alcance;
pise en tierra mi vida,
y mi honor eche por tierra. (Selah)
6 ¡Levántate, oh Jehovah, con tu furor!
Alzate contra la ira de mis angustiadores,
y despierta el juicio que has ordenado para mí.
7 Entonces te rodeará la congregación de los pueblos,
y hacia ella vuélvete en lo alto.
8 Jehovah juzgará a los pueblos;
júzgame, oh Jehovah, de acuerdo con mi justicia y mi integridad.
9 Acábese ya la maldad de los impíos,
y establece al justo;
pues el Dios justo pone a prueba
los corazones y las conciencias.
10 Mi escudo está en Dios,
quien salva a los de recto corazón.
11 Dios es el que juzga al justo;
es un Dios que emite sentencia cada día.
12 Si el impío no se arrepiente,
afilará su espada;
ha dispuesto su arco y lo ha preparado.
13 También ha alistado para sí armas de muerte
y ha hecho incendiarias sus flechas.
14 He aquí que gesta maldad,
concibe afanes y da a luz mentira.
15 Cava un pozo y lo ahonda;
pero en la fosa que hace caerá.
16 Su afán se volverá contra su propia cabeza;
y la violencia que ha practicado recaerá sobre su coronilla.
17 Pero yo alabaré a Jehovah por su justicia,
y cantaré al nombre de Jehovah el Altísimo.
La gloria divina y la dignidad humana
8 (Al músico principal. Sobre Guitit. Salmo de David)
1 Oh Jehovah, Señor nuestro,
¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Has puesto tu gloria sobre los cielos.
2 De la boca de los pequeños
y de los que todavía maman
has establecido la alabanza
frente a tus adversarios,
para hacer callar al enemigo y al vengativo.
3 Cuando contemplo tus cielos,
obra de tus dedos,
la luna y las estrellas
que tú has formado,
4 digo: ¿Qué es el hombre,
para que de él te acuerdes;
y el hijo de hombre,
para que lo visites?
5 Lo has hecho un poco menor que los ángeles
y le has coronado de gloria y de honra.
6 Le has hecho señorear sobre las obras de tus manos;
todo lo has puesto debajo de sus pies:
7 ovejas y vacas, todo ello,
y también los animales del campo,
8 las aves de los cielos y los peces del mar:
todo cuanto pasa por los senderos del mar.
9 Oh Jehovah, Señor nuestro,
¡cuán grande es tu nombre en toda la tierra!
Alabanza al Dios de justicia
9 (Al músico principal. Sobre Mut-laben. Salmo de David)
1 Te alabaré, oh Jehovah, con todo mi corazón;
contaré todas tus maravillas.
2 Me alegraré y me regocijaré en ti;
cantaré a tu nombre, oh Altísimo.
3 Cuando mis enemigos volvieron atrás,
cayeron y perecieron ante ti.
4 Porque has defendido mi juicio y mi causa;
te has sentado en el trono del Juez de justicia:
5 Reprendiste a las naciones;
destruiste a los impíos;
el nombre de ellos has borrado para siempre.
6 El enemigo ha sucumbido para siempre;
sus ciudades has destruido;
con ellas pereció su recuerdo.
7 Pero Jehovah permanecerá para siempre;
ha dispuesto su trono para juicio.
8 El juzgará al mundo con justicia;
hará juicio a los pueblos con rectitud.
9 Jehovah será un alto refugio para el oprimido,
un refugio en los tiempos de angustia.
10 En ti confiarán los que conocen tu nombre;
pues tú, oh Jehovah, no abandonaste a los que te buscaron.
11 Cantad a Jehovah, que habita en Sion;
contad en los pueblos sus hechos.
12 Porque el Vengador de la sangre
se acordó de ellos;
no se olvidó del clamor de los pobres.
13 Ten compasión de mí, oh Jehovah.
Mira la aflicción que me han causado los que me aborrecen;
tú, que me levantas de las puertas de la muerte,
14 para que cuente todas tus alabanzas
en las puertas de la hija de Sion
y me goce en tu salvación.
15 Las naciones se hundieron en la fosa que hicieron;
en la red que escondieron fue atrapado su pie.
16 Jehovah se dio a conocer por el juicio que hizo;
los impíos fueron atrapados en la obra de sus propias manos.
(Higayón, Selah)
17 Los impíos serán trasladados al Seol,
todas las naciones que se olvidan de Dios.
18 Porque el necesitado no será olvidado para siempre,
ni la esperanza de los pobres perecerá eternamente.
19 ¡Levántate, oh Jehovah!
¡Que no prevalezca el hombre!
Sean juzgadas las naciones delante de ti.
20 Infúndeles pánico.
Que sepan las naciones que no son más que hombres. (Selah)
Clamor por causa de los impíos
10 1 Oh Jehovah, ¿por qué te mantienes lejos,
y te escondes en los tiempos de angustia?
2 Con arrogancia el impío persigue al pobre.
¡Sean atrapados en los artificios que han maquinado!
3 Porque el impío se gloría del apetito de su alma
y el codicioso maldice y desprecia a Jehovah.
4 El impío, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;
no está Dios en ninguno de sus pensamientos.
5 En todo tiempo son torcidos sus caminos;
tus juicios están muy por encima de su vista,
y a todos sus adversarios desprecia.
6 Dice en su corazón: "No seré movido;
de generación en generación nunca estaré en infortunio."
7 Su boca está llena de maldición, engaño y fraude;
debajo de su lengua hay vejación e iniquidad.
8 Pone emboscadas a las aldeas;
en los escondrijos mata a los inocentes;
sus ojos vigilan a los desdichados.
9 Acecha desde un escondite,
como el león desde la espesura.
Acecha para arrebatar al pobre;
arrebata al pobre atrayéndolo a su red.
10 Se agacha, lo aplasta;
y en sus fuertes garras caen los desdichados.
11 Dice en su corazón:
"Dios se ha olvidado.
Ha ocultado su rostro; nunca lo verá."
12 ¡Levántate, oh Jehovah Dios;
alza tu mano!
No te olvides de los pobres.
13 ¿Por qué desprecia el impío a Dios?
En su corazón piensa que tú no lo llamarás a cuenta.
14 Ciertamente tú ves la vejación y la provocación;
las miras para dar la recompensa.
A tus manos se acoge el desdichado;
tú eres el amparo del huérfano.
15 Quebranta el brazo del impío y del malo;
castígalos por su perversidad,
hasta que desistan de ella.
16 ¡Jehovah es Rey para siempre!
De su tierra desaparecerán las naciones.
17 El deseo de los humildes escuchas,
oh Jehovah;
tú dispones sus corazones
y tienes atento tu oído,
18 para juzgar al huérfano y al oprimido,
a fin de que el hombre de la tierra
no vuelva más a hacer violencia.
Jehovah, refugio del justo
11 (Al músico principal. Salmo de David)
1 En Jehovah me he refugiado.
¿Por qué, pues, decís a mi alma:
"Escapa cual pájaro al monte"?
2 Pues he aquí, los impíos han preparado su arco y han colocado las flechas en la cuerda, para atravesar en oculto a los rectos de corazón.
3 Si son destruidos los fundamentos,
¿qué podrá hacer el justo?
4 Jehovah está en su santo templo;
Jehovah tiene su trono en los cielos.
Sus ojos ven;
su vista examina a los hijos del hombre.
5 Jehovah prueba al justo,
pero su alma aborrece al impío
y al que ama la violencia.
6 Sobre los impíos hará llover brasas;
fuego, azufre y vientos huracanados
serán la porción de la copa de ellos.
7 Porque Jehovah es justo y ama la justicia;
los rectos contemplarán su rostro.
Jehovah, protector de los pobres
12 (Al músico principal. Sobre Seminit. Salmo de David)
1 Salva, oh Jehovah,
porque se han acabado los piadosos.
Han desaparecido los fieles de entre los hijos del hombre.
2 Cada uno habla falsedad con su prójimo, con labios lisonjeros;
hablan con doblez de corazón.
3 Jehovah destruirá todos los labios lisonjeros,
la lengua que habla grandezas.
4 Dijeron: "Por nuestra lengua prevaleceremos.
Si nuestros labios están a nuestro favor,
¿quién más se hará nuestro señor?"
5 Dice Jehovah: "Por la opresión de los pobres,
por el gemido de los necesitados
me levantaré ahora.
Los pondré a salvo del que se ensaña contra ellos."
6 Las palabras de Jehovah son palabras puras,
como plata purificada en horno de tierra, siete veces refinada.
7 Tú, oh Jehovah, los guardarás.
Guárdalos para siempre de esta generación.
8 Los impíos andan alrededor,
pero tú desprecias a los hijos del hombre.
Petición de ayuda en la desesperación
13 (Al músico principal. Salmo de David)
1 ¿Hasta cuándo, oh Jehovah?
¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo esconderás tu rostro
de mí?
2 ¿Hasta cuándo tendré conflicto en mi alma,
y todo el día angustia en mi corazón?
¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?
3 ¡Mira; respóndeme, oh Jehovah, Dios mío!
Alumbra mis ojos para que no duerma de muerte.
4 No sea que mi enemigo diga:
"¡Lo vencí!"
Mis enemigos se alegrarán, si yo resbalo.
5 Pero yo confío en tu misericordia;
mi corazón se alegra en tu salvación.
6 Cantaré a Jehovah,
porque me ha colmado de bien.
El hombre necio y corrupto
14 (Al músico principal. Salmo de David)
1 Dijo el necio en su corazón:
"No hay Dios."
Se han corrompido;
han hecho cosas abominables.
No hay quien haga el bien.
2 Jehovah miró desde los cielos
sobre los hijos del hombre
para ver si había algún sensato
que buscara a Dios.
3 Pero todos se habían desviado;
a una se habían corrompido.
No había quien hiciera el bien;
no había ni siquiera uno.
4 ¿Acaso todos los que obran iniquidad no saben que comen a mi pueblo como si fuera pan,
y que a Jehovah no invocan?
5 Allí temblarán de espanto,
porque Dios está con la generación de los justos.
6 Del consejo del pobre os habéis mofado,
pero Jehovah es su refugio.
7 ¡Quién hiciera que de Sion viniese la salvación de Israel!
Cuando Jehovah restaure de la cautividad a su pueblo,
se gozará Jacob; se alegrará Israel.
El hombre piadoso
15 (Salmo de David)
1 Oh Jehovah, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién residirá en tu santo monte?
2 El que anda en integridad y hace justicia,
el que habla verdad en su corazón,
3 el que no calumnia con su lengua,
ni hace mal a su prójimo,
ni hace agravio a su vecino;
4 aquel ante cuyos ojos es menospreciado el vil,
pero que honra a los que temen a Jehovah;
aquel que a pesar de haber jurado en perjuicio suyo, no por eso cambia;
5 aquel que no presta su dinero con usura
ni contra el inocente acepta soborno.
¡El que hace estas cosas no será movido jamás!
Expresión de fidelidad y confianza
16 (Mictam de David)
1 Guárdame, oh Dios, porque en ti me he refugiado.
2 Oh alma mía, dijiste a Jehovah:
"¡Tú eres el Señor!
Para mí no hay bien aparte de ti.
3 Para con los santos que están en la tierra,
y para con los íntegros,
es toda mi complacencia."
4 Se multiplicarán los dolores
de quienes se apresuran tras otro dios.
Yo no ofreceré sus libaciones de sangre,
ni con mis labios mencionaré sus nombres.
5 Oh Jehovah, porción de mi herencia, y mi copa,
¡tú sustentas mi destino!
6 Los linderos me han tocado en lugar placentero;
es hermosa la heredad que me ha tocado.
7 Bendeciré a Jehovah, que me aconseja;
aun en las noches me corrige mi conciencia.
8 A Jehovah he puesto siempre delante
de mí;
porque está a mi mano derecha,
no seré movido.
9 Por tanto, se alegró mi corazón,
y se gozó mi lengua.
También mi cuerpo descansará en seguridad.
10 Pues no dejarás mi alma en el Seol,
ni permitirás que tu santo vea corrupción.
11 Me mostrarás la senda de la vida.
En tu presencia hay plenitud de gozo,
delicias en tu diestra para siempre.
La oración de un hombre justo
17 (Oración de David)
1 Escucha, oh Jehovah, una causa justa; atiende a mi clamor.
Presta oído a mi oración que es de labios sin engaño.
2 Proceda de tu presencia mi vindicación;
vean tus ojos la rectitud.
3 Tú has examinado mi corazón;
me has visitado de noche.
Me has probado y nada infame has hallado,
porque me he propuesto que mi boca no se exceda.
4 En cuanto a las obras de los hombres,
por la palabra de tus labios me he guardado de las sendas de los violentos.
5 Mis pasos se han mantenido en tus caminos,
para que mis pies no resbalen.
6 Yo te invoco, porque tú oirás, oh Dios.
Inclina a mí tu oído;
escucha mi palabra.
7 Muestra tus maravillosos actos de misericordia,
tú que a los que confían
libras con tu diestra de los que se levantan contra ti.
8 Guárdame como a la niña de tu ojo;
escóndeme bajo la sombra de tus alas
9 de la vista de los impíos que me oprimen,
y de mis enemigos mortales que me rodean.
10 Ellos están protegidos con su propio sebo;
con su boca hablan con soberbia.
11 Han rodeado nuestros pasos;
sobre nosotros ponen sus ojos para echarnos por tierra.
12 Se parecen al león que anhela la presa,
o al cachorro de león que se agacha en secreto.
13 ¡Levántate, oh Jehovah!
¡Hazle frente! ¡Somételo!
Con tu espada libra mi alma de los impíos.
14 Oh Jehovah, líbrame con tu mano de los hombres,
de los hombres de este mundo,
cuya parte está en esta vida;
cuyos vientres llenas con tus tesoros,
cuyos hijos se sacian
y aun dejan para sus pequeños.
15 En cuanto a mí,
en justicia veré tu rostro;
quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza.
Cántico de liberación
18 (Al músico principal. De David, siervo de Jehovah, quien dirigió a Jehovah las palabras de este cántico, el día que Jehovah le libró de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. El dijo:)
1 Te amo, oh Jehovah, fuerza mía.
2 Jehovah es mi roca,
mi fortaleza y mi libertador.
Mi Dios es mi peña; en él me refugiaré.
El es mi escudo, el poder de mi liberación y mi baluarte.
3 Invocaré a Jehovah, quien es digno de ser alabado,
y seré librado de mis enemigos.
4 Me rodearon los dolores de la muerte,
y los torrentes de la perversidad me atemorizaron.
5 Me rodearon las ligaduras del Seol;
me confrontaron los lazos de la muerte.
6 En mi angustia invoqué a Jehovah
y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
y mi clamor llegó delante de él,
a sus oídos.
7 La tierra se estremeció y tembló;
se conmovieron los cimientos de las montañas.
Se estremecieron, porque él se airó.
8 Humo subió de su nariz;
de su boca salió fuego consumidor,
y carbones encendidos saltaban de él.
9 Inclinó los cielos y descendió;
una densa oscuridad había debajo de sus pies.
10 Cabalgó sobre un querubín y voló;
se remontó sobre las alas del viento.
11 Puso tinieblas alrededor de sí como su morada secreta;
su cubierta es oscuridad de aguas y densas nubes.
12 Por el resplandor de su presencia
fueron atravesadas las nubes,
por el granizo y los carbones de fuego.
13 Jehovah tronó en los cielos;
el Altísimo dio su voz:
granizo y carbones de fuego.
14 Envió sus flechas y los dispersó;
arrojó relámpagos y los desconcertó.
15 A tu reprensión, oh Jehovah,
por el soplo del aliento de tu nariz,
se hicieron visibles los lechos de las aguas,
y se descubrieron los cimientos del mundo.
16 Envió desde lo alto y me tomó;
me sacó de las aguas caudalosas.
17 Me libró de mi poderoso enemigo
y de los que me aborrecían,
pues eran más fuertes que yo.
18 Se enfrentaron a mí el día de mi desgracia,
pero Jehovah fue mi apoyo.
19 El me sacó a un lugar espacioso;
me libró, porque se agradó de mí.
20 Jehovah me ha pagado conforme a mi justicia;
conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
21 Porque he guardado los caminos de Jehovah,
y no me he apartado impíamente de mi Dios.
22 Porque delante de mí han estado todos sus juicios,
y no he apartado de mí sus estatutos.
23 Fui íntegro para con él,
y me guardé de mi maldad.
24 Por tanto, Jehovah me ha recompensado conforme a mi justicia,
conforme a la limpieza de mis manos ante sus ojos.
25 Con el misericordioso
te muestras misericordioso,
e íntegro con el hombre íntegro.
26 Con el limpio te muestras limpio,
y eres sagaz con el perverso.
27 Salvas al pueblo humilde,
y humillas los ojos altivos.
28 Ciertamente haces que mi lámpara alumbre.
Jehovah, mi Dios, ilumina mis tinieblas.
29 Contigo desbarataré ejércitos;
con mi Dios saltaré murallas.
30 Perfecto es el camino de Dios;
probada es la palabra de Jehovah.
El es escudo a todos los que en él se refugian.
31 Porque, ¿quién es Dios fuera de Jehovah?
¿Quién es Roca aparte de nuestro Dios?
32 Dios es el que me ciñe de vigor,
y hace perfecto mi camino.
33 Hace que mis pies sean ágiles como los del venado,
y me mantiene firme sobre mis alturas.
34 Adiestra mis manos para la batalla;
así mis brazos pueden tensar el arco de bronce.
35 Me has dado el escudo de tu salvación;
tu mano derecha me ha sustentado,
y tu condescendencia me ha engrandecido.
36 Tú has ensanchado mis pasos debajo
de mí,
para que no tiemblen mis tobillos.
37 Perseguí a mis enemigos y los alcancé;
no volví sino hasta acabarlos.
38 Los golpeé, y no pudieron levantarse;
cayeron debajo de mis pies.
39 Me ceñiste de poder para la batalla;
doblegaste a mis enemigos debajo de mí.
40 Hiciste que mis enemigos me dieran las espaldas,
y destruí a los que me aborrecían.
41 Clamaron, pero no hubo quien los salvase.
Clamaron a Jehovah, pero él no les respondió.
42 Los desmenucé como polvo ante el viento;
los deshice como lodo de la calle.
43 Tú me libraste de las contiendas del pueblo,
y me pusiste como jefe de las naciones.
Aun los pueblos que yo no conocía me sirvieron.
44 Apenas oían de mí, me rendían obediencia.
Los hijos de los extranjeros me adulaban.
45 Los hijos de los extranjeros se desvanecían
y salían temblando de sus escondrijos.
46 ¡Viva Jehovah! ¡Bendita sea mi Roca!
Sea ensalzado el Dios de mi salvación,
47 el Dios que ejecuta mi venganza;
sujeta a los pueblos debajo de mí
48 y me libra de mis enemigos.
Tú me has enaltecido sobre mis adversarios,
y me has librado del hombre violento.
49 Por eso te confesaré entre las naciones, oh Jehovah,
y cantaré salmos a tu nombre.
50 El engrandece las victorias de su rey
y muestra misericordia a su ungido:
a David y a sus descendientes, para siempre.
Las obras y la palabra de Dios
19 (Al músico principal. Salmo de David)
1 Los cielos cuentan la gloria de Dios,
y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
2 Un día comunica su mensaje al otro día,
y una noche a la otra declara sabiduría.
3 No es un lenguaje de palabras,
ni se escucha su voz;
4 pero por toda la tierra salió su voz
y hasta el extremo del mundo sus palabras.
En ellos puso un tabernáculo para el sol;
5 y éste, como un novio que sale de su dosel,
se alegra como un valiente que emprende la carrera.
6 En un extremo del cielo está su salida,
y en el otro está su punto de retorno.
¡Nada hay que se esconda de su calor!
7 La ley de Jehovah es perfecta;
restaura el alma.
El testimonio de Jehovah es fiel;
hace sabio al ingenuo.
8 Los preceptos de Jehovah son rectos;
alegran el corazón.
El mandamiento de Jehovah es puro;
alumbra los ojos.
9 El temor de Jehovah es limpio;
permanece para siempre.
Los juicios de Jehovah son verdad;
son todos justos.
10 Son más deseables que el oro,
más que mucho oro fino.
Son más dulces que la miel que destila del panal.
11 Además, con ellos es amonestado tu siervo;
en guardarlos hay grande galardón.
12 ¿Quién entenderá los errores?
¡Líbrame de los que me son ocultos!
13 Asimismo, guarda a tu siervo de los arrogantes,
que ellos no se enseñoreen de mí.
Entonces seré íntegro y limpio de gran rebelión.
14 Sean gratos los dichos de mi boca
y la meditación de mi corazón
delante de ti, oh Jehovah,
Roca mía y Redentor mío.